sábado, 11 de dezembro de 2010

  • EL NACIMIENTO DE DIOS

Cuando te pienso en las tierras lejanas
de finistierra y ausente de nuestros silencios,
el hogar de tus besos y sueños…
Yo me voy al vientre de los verbos
y me vejo a nacer con la pluma-Dios.

Entonces soy un ser frágil, un botón
de primavera en el invierno de la vida,
un proyecto de poeta, voz miñosa
que cuestiona: ¿tiene corazón, el Mundo sin ella?

No lo sé, amada mía; suena a dolor...
Es un negro amor en la luz lo que siento,
una mariposa de acero volando
en las calles de oro de Nueva Jerusalén,
un vino dulce de diamantes del Duero
y labios de Dios pariendo sus sueños
y nosotros para construirle un rincón para el Verbo
caído de los cielos de sangre.

¡Si, es verdad! El verbo es el hospis
y el Mundo tiene el corazón de nosotros
que hacemos Dios nascer
con nuestros besos y la madrugada
generando las palabras que formatearan el Mundo
¡y las estrellas¡
¡y los ángeles¡
y el niño…
y la niña
que salvarán el mundo sí mismo.
--------- Virgílio Brandão
11-12-2010

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