segunda-feira, 25 de janeiro de 2010



  • LA LIBERDAD Y LA POLITICA
El gobernar por medio del consenso sustituyó al gobernar por la coacción, y la pirámide que se había apoyado en un punto paso ahora a sostenerse en su base. Al hacer a cada ciudadano el guardián de su interés propio, Solón admitió un elemento de Democracia en el Estado. La mayor alegría de un gobernante, dijo, consiste en crear un gobierno popular. Consciente de que no se puede confiar plenamente en ningún hombre, sometió a quienes ejercían el poder al control vigilante de sus inferiores.

El único recurso contra los desórdenes políticos conocidos hasta entonces era la concentración del poder. Solón se comprometió a lograr el mismo objetivo mediante la distribución del poder. Dio a la gente común el grado de influencia que consideró que eran capaces de emplear, de manera que el Estado se privara de un gobierno arbitrario. La esencia de la Democracia, dijo, consiste en no obedecer a otro señor que a la ley. Reconoció el principio de que las formas políticas no son definitiva ni inviolables y que deben adaptarse a los hechos. Y se preparó tan bien para la revisión de su constitución, sin romper la continuidad o perder la estabilidad, que por siglos después de su muerte los oradores del Atica mencionaron su nombre, atribuyéndole toda la estructura de la ley ateniense. El sentido de su evolución estuvo determinado por la doctrina fundamental de Solón en orden a que el poder político debía ser proporcional al servicio público.

En la guerra pérsica, los servicios de la democracia eclipsaron a los de las ordenes patricias, ya que la flota que venciera a los asiáticos en el Mar Egeo estuvo dirigida por atenienses pobres. Esta clase, cuyo valor salvara al Estado y preservara la civilización europea, se había ganado el derecho a aumentar su influencia y privilegio. Los cargos públicos que hasta entonces habían sido monopolio de los ricos, se abrieron entonces a los pobres; para garantizar que ellos tuvieran su parte, todos los cargos se distribuyeron al azar, con excepción de los más altos.

En tanto se debilitaban las antiguas autoridades, tampoco existia ninguna norma aceptada de moral o derecho político que afirmara la estructura de la sociedad en medio del cambio. La inestabilidad que se había apoderado de las formas amenazaba los principios mismos del gobierno. Las creencias nacionales estaban cediendo ante la duda, y esta aún no abría camino al conocimiento.
------- in História de la Liberdade en la Antiguidad, discurso proferido por Lord Acton no dia 26 de Fevereiro de 1877 aos membros da Bridgnorth Institution na Agricultural Hall.

Imagem: Comemoração da vitória de Tito Vespasiano (filho). O saque de Jerusalém.

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