segunda-feira, 23 de junho de 2008

  • SÉNECA Y LA RESILIENCIA DE LOS HOMBRES BUEÑOS

¿Por qué les suceden a los hombres Buenos muchas adversidades? Nada malo puede sucederle a un hombre bueno: los contrarios no se mezclan. Del mismo modo que tantos ríos, tan grande cantidad de lluvias caídas de lo alto, tanto vigor de fuentes medicinales, no cambian el sabor del mar y ni siquiera lo modifican, así el ímpetu de las cosas adversas no subvierte el ánimo del varón fuerte: éste permanece en su estado y todo cuanto sucede lo tiñe con su propio color, pues es más poderoso que todas las realidades externas.

Y no digo que no las siente, sino que las supera. Calmo y tranquilo, enfrenta sus embates. Todas las adversidades son para él ejercitaciones. ¿Qué hombre verdadero y ansioso de la virtud no desea, por outra parte, los trabajos propios del justo y no está dispuesto a cumplir sus deberes exponiéndose al peligro? ¿Para qué hombre activo no es castigo el ocio?

Vemos que los atletas que se preocupan por su fuerza luchan con los más fuertes rivales y exigen a quienes los preparan para el certamen que empleen todas sus fuerzas contra ellos; toleran que se los golpee y maltrate y si no encuentran contendientes parejos se enfrentan con varios al mismo tiempo.

Se marchita la virtud sin adversario. Sólo se ve cuan grande es y cuánto vale, cuando demuestra qué es lo que puede aguantar. Sábete que esto mismo es lo que los hombres buenos deben hacer: no temer las cosas duras y difíciles, no quejarse del destino, tomar cuanto sucede como un bien y dirigirlo hacia el bien. No interesa lo que sobrellevas, sino cómo lo sobrellevas.
Sobre la Providencia, Séneca, II.2-5

  • Imagem: Senador Barack Obama, com a ajuda de Deus e o bom senso dos homens, o próximo Presidente dos Estados Unidos da América.

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