Nabucodonosor, William Blake
CLEOBULO DE LINDO
l. Cleobulo, hijo de Evágoras, fue nativo de Lindo, o según dice Duris, de Caria. Algunos lo suponen descendiente de Hércules, y dicen que fue robusto y hermoso de cuerpo, y que estudió Filosofia en Egipto. Que tuvo una hija llamada Cleobulina, la cual compuso enigmas en versos hexámetros, y a la que menciona Cratino en su drama que lleva este mismo nombre en número plural, y que renovó en Atenas el templo de Minerva, que había construido Danao.
2. Compuso cánticos y sentencias oscuras hasta en tres mil versos. Algunos dicen que fue suyo el epitafio puesto a Midas:
Una virgen de bronce soy que yago
En prueba de lo cual trae un cántico de Simónides, que dice así:
¿Qué mente habrá que pueda
Esto hace constar que este epitafio no es de Homero, como dicen, ya que éste precedió a Midas por muchos años. En los Comentarios de Pánfilo se observa este enigma suyo, que significa el año:
Tiene un padre doce hijos,
De sus adomenos son célebres los siguientes:
Reina en la mayor parte de los hombres
3. Opinaba que es conveniente casar a las hijas jóvenes en edad, pero maduras en la prudencia; enseñando por ello que las jóvenes deben ser instruidas. Que conviene favorecer al amigo para que lo sea más, y al enemigo para hacerlo amigo. Guardarse de la calumnia de los amigos y de las asechanzas de los enemigos. También que cuando uno salga de casa, piense primero qué es lo que ha de hacer; y cuando vuelva, qué es lo que ha hecho. Encargaba mucho el ejercicio corporal. Que antes procuremos el escuchar que el ser escuchados. Que amemos más el estudio que la ignorancia. Que la lengua no sea maldiciente. Que seamos familiares de la virtud, y extraños del vicio. Huir de la injusticia, aconsejar a la patria lo mejor, refrenar los apetitos, no hacer cosa alguna por fuerza, instruir a los hijos, deshacer las enemistades.
4. Murió viejo, de setenta años; y en su sepulcro se le puso este epitafio:
A Cleobulo sabio muerto llora
Su apotegma es: La medida es lo mejor de todas las cosas. Escribió a Solón la carta siguiente:
CLEOBULO A SOLÓN
Son muchos los amigos que tienes, y todos con casa propia. Yo pienso que Lindo sería muy buena tierra para vivir Sólón, por ser ciudad libre. Es isla de mar; y si quieres habitar en ella, ningún daño te vendrá de Pisístrato, y concurrirán a verte amigos de todas partes.
- MEMÓRIAS DA HUMANIDADE
CLEOBULO DE LINDO
l. Cleobulo, hijo de Evágoras, fue nativo de Lindo, o según dice Duris, de Caria. Algunos lo suponen descendiente de Hércules, y dicen que fue robusto y hermoso de cuerpo, y que estudió Filosofia en Egipto. Que tuvo una hija llamada Cleobulina, la cual compuso enigmas en versos hexámetros, y a la que menciona Cratino en su drama que lleva este mismo nombre en número plural, y que renovó en Atenas el templo de Minerva, que había construido Danao.
2. Compuso cánticos y sentencias oscuras hasta en tres mil versos. Algunos dicen que fue suyo el epitafio puesto a Midas:
Una virgen de bronce soy que yago
recostada de Midas al sepulcro.
Mientras fluyan las aguas, y se eleven
de la tierra los árboles frondosos;
mientras renazca el sol, y resplandezca
en las esferas la argentada luna;
mientras corran los ríos, y los mares
por las riberas extenderán sus olas,
aquí estaré, vertiendo triste llanto
sobre esta sepultura, y advirtiendo
a todo pasajero y caminante
que en ella sepultado yace Midas.
En prueba de lo cual trae un cántico de Simónides, que dice así:
¿Qué mente habrá que pueda
alabar dignamente
a Cleobulo, indígena de Lindo,
que a los ríos perennes,
floridas primaveras,
a los rayos del sol, dorada luna,
y a las marinas olas
permanentes columnas antepone?
Inferior a los dioseses todo lo criado.
Hasta la dura piedra
quebranta mortal mano;
pero es consejo de varón insano.
Esto hace constar que este epitafio no es de Homero, como dicen, ya que éste precedió a Midas por muchos años. En los Comentarios de Pánfilo se observa este enigma suyo, que significa el año:
Tiene un padre doce hijos,
y cada uno de ellos hijas treinta,
todas bien diferentes en aspecto;
pues por un lado blancas como nieve,
oscuras por el otro se presentan.
También, siendo inmortales, mueren todas.
De sus adomenos son célebres los siguientes:
Reina en la mayor parte de los hombres
con gran verbosidad mucha ignorancia.
Si tienes ocasión, hacer procura
alguna cosa ilustre y admirable.
Nunca seas ingrato, nunca vano.
3. Opinaba que es conveniente casar a las hijas jóvenes en edad, pero maduras en la prudencia; enseñando por ello que las jóvenes deben ser instruidas. Que conviene favorecer al amigo para que lo sea más, y al enemigo para hacerlo amigo. Guardarse de la calumnia de los amigos y de las asechanzas de los enemigos. También que cuando uno salga de casa, piense primero qué es lo que ha de hacer; y cuando vuelva, qué es lo que ha hecho. Encargaba mucho el ejercicio corporal. Que antes procuremos el escuchar que el ser escuchados. Que amemos más el estudio que la ignorancia. Que la lengua no sea maldiciente. Que seamos familiares de la virtud, y extraños del vicio. Huir de la injusticia, aconsejar a la patria lo mejor, refrenar los apetitos, no hacer cosa alguna por fuerza, instruir a los hijos, deshacer las enemistades.
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A la mujer ni halagarla ni reñirla delante de otros, porque lo primero, indica demencia; y lo segundo, furor. Que no se ha de reñir al doméstico cuando está embriagado. Decía: Cásate con mujer de tu igual, porque si la eliges más noble que tú, los suyos te mandarán. No rías del que es perseguido con burlas y ofensas, porque se hará tu enemigo. En tus prosperidades no te ensoberbezcas, ni en las adversidades te abatas de ánimo. Aprende a sufrir con fortaleza los reveses de la fortuna.
4. Murió viejo, de setenta años; y en su sepulcro se le puso este epitafio:
A Cleobulo sabio muerto llora
su patria Lindo, a quien el mar circuye.
Su apotegma es: La medida es lo mejor de todas las cosas. Escribió a Solón la carta siguiente:
CLEOBULO A SOLÓN
Son muchos los amigos que tienes, y todos con casa propia. Yo pienso que Lindo sería muy buena tierra para vivir Sólón, por ser ciudad libre. Es isla de mar; y si quieres habitar en ella, ningún daño te vendrá de Pisístrato, y concurrirán a verte amigos de todas partes.
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