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Adrogué, sábado.
A pesar de dos noches y de un minucioso día sin verte (casi lloré al doblar ayer por el Parque Lezama), te escribo con alguna alegría. Le avisé a tu mamá que tengo admirables noticias; para mí lo son y espero que lo sean para ti. El lunes hablaremos y tú dirás. Pienso en todo ello y siento una especie de felicidad; luego comprendo que toda felicidad es ilusoria no estando tú a mi lado. Querida Estela: hasta el día de hoy he engendrado fantasmas; unos, mis cuentos, quizá me han ayudado a vivir; otros, mis obsesiones, me han dado muerte. A éstas las venceré, si me ayudas. Mi tono enfático te hará sonreír; pienso que lucho por mi honor, por mi vida y (lo que es más) por el amor de Estela Canto. Tuyo con el fervor de siempre y con una asombrada valentía,
Georgie.
***
Esta carta no necesita comentarios. Los comentarios están a lo largo de mi relato. Cuando habla de las «buenas noticias» creo que se refiere, como he dicho, al hecho de que iba a ganar más dinero. Considero que esta carta es fundamental.
A pesar de dos noches y de un minucioso día sin verte (casi lloré al doblar ayer por el Parque Lezama), te escribo con alguna alegría. Le avisé a tu mamá que tengo admirables noticias; para mí lo son y espero que lo sean para ti. El lunes hablaremos y tú dirás. Pienso en todo ello y siento una especie de felicidad; luego comprendo que toda felicidad es ilusoria no estando tú a mi lado. Querida Estela: hasta el día de hoy he engendrado fantasmas; unos, mis cuentos, quizá me han ayudado a vivir; otros, mis obsesiones, me han dado muerte. A éstas las venceré, si me ayudas. Mi tono enfático te hará sonreír; pienso que lucho por mi honor, por mi vida y (lo que es más) por el amor de Estela Canto. Tuyo con el fervor de siempre y con una asombrada valentía,
Georgie.
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Esta carta no necesita comentarios. Los comentarios están a lo largo de mi relato. Cuando habla de las «buenas noticias» creo que se refiere, como he dicho, al hecho de que iba a ganar más dinero. Considero que esta carta es fundamental.
in Estela Canto, Borges a Contraluz, Buenos Aires, 1999, p.59
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