O fotografo que fez as fotos da Mónica Sofia não é grande espingarda – mas há uma outra foto interessante. Estas, por exemplo, são felizes. Para que se saiba, fica registado. E depois não me venham falar da (falta de) superfície frontal das crioulas, não…
Imagem: A coelhinha da portuguese Playboy
I loved you: and, it may be, from my soul
The former love has never gone away,
But let it not recall to you my dole;
I wish not sadden you in any way.
I loved you silently, without hope, fully,
In diffidence, in jealousy, in pain;
I loved you so tenderly and truly,
As let you else be loved by any man.
«Todos nuestros más sabios, más divinos y más santos doctores están de acuerdo en que realmente las cosas visibles son imágenes de las invisibles, y que nuestro creador puede verse de modo cognoscible a través de las criaturas, casi como en un espejo o en un enigma. Y el que las cosas espirituales, que para nosotros son por sí mismas intangibles, puedan ser investigadas simbólicamente, tiene su raíz en las cosas que antes se han dicho.
Puesto que todas las cosas guardan entre sí cierta proporción (que para nosotros, sin embargo, es oculta e incomprensible), de tal manera que el universo surge uno de todas las cosas y todas las cosas en el máximo uno son el mismo uno. Y aunque toda la imagen parezca acercarse a la semejanza del ejemplar, sin embargo, excepto la imagen máxima, que es lo mismo que el ejemplar en la unidad de la naturaleza, no hay una imagen de tal modo similar, o igual, al ejemplar que no pueda hacerse más semejante y más igual infinitamente, como ya hemos visto antes que es evidente.
Cuando se haga una investigación a partir de una imagen, es necesario que no haya nada dudoso sobre la imagen en cuya trascendente proporción se investiga lo desconocido, no pudiendo dirigirse el camino hacia lo incierto, sino a través de lo presupuesto y cierto. Todas las cosas sensibles están en cierta continua inestabilidad a causa de su potencialidad material, abundante en ellas. Lo que es más abstracto que esto, cuando se reflexiona sobre las cosas (no en cuanto que carecen de raíz de elementos naturales, sin los cuales no pueden ser imaginadas, ni en cuanto yacen bajo la fluctuante potencialidad) vemos que es muy firme y muy cierto para nosotros, como ocurre con los objetos matemáticos; por lo cual los sabios buscaron habilmente en ellos, por medio del entendimiento, ejemplos para la indagación de las cosas. Y ninguno de los antiguos, a quien se considere importante, busco otra semejanza que la matemática para las cosas difíciles.
De tal modo Boecio, el más ilustre de los romanos, sostenía que nadie que no se ejercitara profundamente en las matemáticas podría alcanzar la ciencia de las cosas divinas. ¿Acaso Pitágoras, el primer filósofo, tanto por el nombre como por los hechos, no puso en los números toda la investigación de la verdad? En tanto que siguieron a éste los platónicos y nuestros filósofos más importantes como Agustín y el propio Boecio afirmaron indudablemente que el numero había sido en el ánimo del creador el primer ejemplar de las cosas que habían de crearse. ¿De qué modo Aristóteles (que quiso considerar lo singular, refutando a los anteriores); pudo darnos la diferencia de las especies en las matemáticas, sino porque las comparaba con los números? Y él mismo cuando quería establecer la ciencia sobre las formas naturales, de qué modo una está en la otra necesariamente recurría a las formas matemáticas, diciendo: así como el trígono está en el tetrágono, así el inferior está en el superior.
Y me callo innumerables ejemplos semejantes a éste.
Y también el platónico Aurelio Agustín[1], cuando investigó acerca de la cuantidad del alma y de la inmortalidad de la misma y de otras elevadísimas cosas, recurrió en busca de ayuda a la matemática. Este procedimiento pareció agradar tanto a nuestro Boecio, que constantemente intentaba llevar toda la doctrina sobre la verdad a la multitud y magnitud.
Y si se quiere que lo diga más compendiosamente: ¿acaso la doctrina de los epicúreos sobre los átomos y el vacío, la cual también niega a Dios y deshace toda la verdad, no pereció sólo con la demostración de los pitagóricos y peripatéticos?
Es decir, que no se podía llegar a átomos indivisibles y simples, lo cual Epicuro supuso como principio. Siguiendo este camino de los antiguos y coincidiendo con ellos decimos: que como la vía de acceso a las cosas divinas no se nos manifiesta sino por medio de símbolos podríamos usar con ventaja de los signos matemáticos a causa de su incorruptible certeza.»
---- Nicolas de Cusa, De Docta Ignorantia, I.XI
Imagem: The Heart of the Rose, Edward Coley Burne-Jones
Hoje é dia da mulher cabo-verdiana. Acordo, medito um pouco. Ouço Hana, de Hayley Westenra… Você não Sabe, de Maria Bethânia, e recebo um e-mail a perguntar:
– «Já compraram aquela rosa escarlate para a vossa crioula berdiana?»
A minha berdiana… a minha berdiana é a Rosa do Mundo; não lhe chegam rosas. E não resisto a escrever um poema à mulher cabo-verdiana – o alicerce, o milagre das ilhas. Assim, hoje, escrevi NEGRA MINA.
Mais do que os Lusíadas, é outro mundo que espreita na alma; anseia acordar. 
When Love within her lovely face appears
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– VB, diz-me: quando é que ser bom e ser justo não se torna uma forma de iniquidade? – pergunta-me o meu poeta.
Sinto-me gráfico.
Não há logos que que chegue, não há logos que chegue – só tu: a sua genealogia repentina. No sopé dos montes, estaciono a alma, despojo-a de armas e fecundo-me de ti numa multidão de tranças inesperadas. Queria ser uma maratona – hoje, sempre.
Não, não me sinto gráfico: sou gráfico, agora – na genealogia.
«Charlie Chaplin's latest gag has been to transfer half of his Soviet prize into the funds of the Abbé Pierre. At bottom, this amounts to establishing an identity between the nature of the poor man and that of the proletarian. Chaplin has always seen the proletarian under the guise of the poor man: hence the broadly human force of his representations but also their political ambiguity. This is quite evident in this admirable film, Modern Times, in which he repeatedly approaches the proletarian theme, but never endorses it politically. What he presents us with is the proletarian still blind and mystified, defined by the immediate character of his needs, and his total alienation at the hands of his masters (the employers and the police).
For Chaplin, the proletarian is still the man who is hungry; the representations of hunger are always epic with him: excessive size of the sandwiches, rivers of milk, fruit which one tosses aside hardly touched. Ironically, the food-dispensing machine (which is part of the employers' world) delivers only fragmented and obviously flavourless nutriment. Ensnared in his starvation, Chaplin-Man is always just below political awareness. A strike is a catastrophe for him because it threatens a man truly blinded by his hunger; this man achieves an awareness of the working-class condition only when the poor man and the proletarian coincide under the gaze (and the blows) of the police. Historically, Man according to Chaplin roughly corresponds to the worker of the French Restoration, rebelling against the machines, at a loss before strikes, fascinated by the problem of bread-winning (in the literal sense of the word), but as yet unable to reach a knowledge of political causes and an insistence on a collective strategy.
But it is precisely because Chaplin portrays a kind of primitive proletarian, still outside Revolution, that the representative force of the latter is immense. No socialist work has yet succeeded in expressing the humiliated condition of the worker with so much violence and generosity. Brecht alone, perhaps, has glimpsed the necessity, for socialist art, of always taking Man on the eve of Revolution, that is to say, alone, still blind, on the point of having his eyes opened to the revolutionary light by the 'natural' excess of his wretchedness. Other works, in showing the worker already engaged in a conscious fight, subsumed under the Cause and the Party, give an account of a political reality which is necessary, but lacks aesthetic force.
Now Chaplin, in conformity with Brecht's idea, shows the public its blindness by presenting at the same time a man who is blind and what is in front of him. To see someone who does not see is the best way to be intensely aware of what he does not see: thus, at a Punch and Judy show, it is the children who announce to Punch what he pretends not to see. For instance, Charlie Chaplin is in a cell, pampered by the warders, and lives there according to the ideal of the American petit-bourgeois: with legs crossed, he reads the paper under a portrait of Lincoln; but his delightfully selfsatisfied posture discredits this ideal completely, so that it is no longer possible for anyone to take refuge in it without noticing the new alienation which it contains. The slightest ensnarements are thus made harmless, and the man who is poor is repeatedly cut off from temptation. All told, it is perhaps because of this that Chaplin-Man triumphs over everything: because he escapes from everything, eschews any kind of sleeping partner, and never invests in man anything but man himself. His anarchy, politically open to discussion, perhaps represents the most efficient form of revolution in the realm of art.»
in, Roland Barthes, Mythologies, Washington, 1991
Imagem: Roland Barthes, in Louis-Jean Calvet’s biography of Roland Barthes
Vou, mas levo a tua memória…
A INDIVIDUALIDADE 
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«A beleza é uma coisa terrível e espantosa. […] No seio da beleza as duas ribeiras se encontram e todas as contradições coincidem», Dostoiévski. 
REALIDADE CULTURAL
"O homem não nasce para trabalhar, mas para criar" – Agostinho da Silva.
A propósito da visita de José Sócrates, Primeiro Ministro de Portugal, a Cabo Verde, é pertinente (re)lembrar Agostinho da Silva... Fica aqui, parte de uma entrevista que o Prof. Agostinho da Silva deu à RTP há cerca de duas décadas. O sustento, o saber e a saúde como necessidades básicas de um país, e outras coisas... como o Quinto Império. Para reflectir, profundamente.
